Kaspar Hauser.

El huérfano de Europa

La Phármaco Luz Arcas Compañía de Danza Contemporánea Kaspar Hauser
El 26 de mayo de 1828 apareció en una plaza de Nuremberg un extraño joven que apenas lograba mantenerse en pie. Llevaba una carta anónima, que daba algunos datos contradictorios sobre su procedencia y dejaba su suerte en manos de quien lo encontrara.

 

 

Kaspar Hauser fue acogido en seguida en la ciudad, y en todo el país, como un experimento social, político y filosófico. A las seis semanas hablaba con cierta fluidez, podía leer y escribir. Se supo por él mismo que había vivido, hasta el momento, en un calabozo, que dormía sobre un colchón de paja, que no había sonidos pero sí un caballo de madera con el que jugaba, y que le traían el alimento por la noche (pan y agua, en ocasiones aderezado con opio). Contaba cómo pocos días antes de su liberación, “el hombre con el que siempre había estado“, le enseñó a escribir su nombre y a decir las frases que repetía cuando fue encontrado (“un jinete como mi padre quiero” y “caballo, caballo“). Hasta este momento no había visto a ningún ser humano.

 

 

La Phármaco Luz Arcas Compañía de Danza Contemporánea Kaspar Hauser
La Phármaco Luz Arcas Compañía de Danza Contemporánea Kaspar Hauser
Los médicos decretaron que no era un loco ni sufría más retraso que el que le había provocado el aislamiento. Su proceso de aprendizaje estuvo tutorizado fundamentalmente por Anselm von Feuerbach, que dejó testimonio de su peculiar inteligencia: con una sensibilidad especial para la pintura y la equitación, apasionado por la lectura y la música, Kaspar nunca resolvió quién se encontraba al otro lado de los espejos, tampoco logró asimilar la idea del Dios único, le repelían las imágenes cristianas y odiaba el latín, no diferenciaba los acontecimientos soñados de los vividos y atribuía voluntad a todos los seres inanimados.

 

 

Feuerbach sospechaba que Kaspar era el primogénito de uno de los linajes de la familia de los Baden, que intentaron deshacerse de él en una oscura lucha por la soberanía, y que el encierro había sido la única alternativa a la muerte. Nunca se pudo demostrar su verdadera procedencia.

 

 

Murió asesinado en extrañas circunstancias el 17 de diciembre de 1833. En su lápida puede leerse: “Aquí yace Kaspar Hauser, enigma de su tiempo. Su nacimiento es desconocido. Su muerte, un misterio”

DIRECCIÓN Y DRAMATURGIA

Luz Arcas y Abraham Gragera

COREOGRAFÍA E INTERPRETACIÓN

Luz Arcas

COMPOSICIÓN E INTERPRETACIÓN MUSICAL

Carlos González

ILUMINACIÓN

Jorge Colomer

FOTOGRAFÍA Y VIDEO

Virginia Rota

DISEÑO GRÁFICO

María Peinado

ESCENOGRAFÍA

Ana Montes

DISEÑO DE VESTUARIO

Heridadegato

PRODUCCIÓN

Festival de Otoño a Primavera, Comunidad de Madrid y La Phármaco

La Phármaco Luz Arcas Compañía de Danza Contemporánea Kaspar Hauser
” Luz se convierte en Kaspar enteramente, desde lo más dentro, emanando hacia fuera, como sólo ella sabe a través de su danza, la personalidad de “el huérfano de Europa”. Un trabajo de una calidad extrema, de delicada plasticidad y de acertada interpretación que no puede dejar indiferente a nadie y que coloca a la intérprete una vez más en la punta de la pirámide en lo que a danza se refiere”
“En una asombrosa materialización de registros y matices, unas veces violentos y afilados, otras de una ternura conmovedora, Arcas articula a Kaspar Hauser desde tan riguroso exilio para ofrecer al público un espejo en el que reconocerse con una fidelidad inédita.  Ese algo que nunca nadie pudo decir jamás es lo que Luz Arcas, mientras tanto, baila. Para hacernos sentir humanos. Nosotros”

Una gran emoción política

La Phármaco Luz Arcas Compañía de Danza Contemporánea Una gran emoción política
Una gran emoción política es una propuesta escénica total inspirada en Memoria de la melancolía, autobiografía de María Teresa León, que aborda los años decisivos de nuestra historia reciente, los de la guerra civil y el exilio: años marcados por el fervor político, el mito de la Revolución y la fe en las en las utopías.

 

Sin pretensiones historicistas, sino con la intención de desvelar lo arquetípico y universal de aquellos acontecimientos, trataremos de encarnar esa emoción política que empuja a un pueblo a creer en su derecho a intervenir en la historia de su país, como si el futuro de éste le perteneciera. Esa emoción que los desastres del siglo XX –las guerras, los totalitarismos y sus consecuencias– han deslegitimado.
La Phármaco Luz Arcas Compañía de Danza Contemporánea Una gran emoción política
La Phármaco Luz Arcas Compañía de Danza Contemporánea Una gran emoción política
La danza y la acción física, las canciones y la respiración, los textos originales de la autora y una propuesta musical original interpretada en directo y que se inspira en temas populares europeos evocan los recuerdos de María Teresa: episodios fundamentales de su biografía, como el salvamento del Museo del Prado, la acción en la trinchera del Teatro de Guerrillas, acontecimientos políticos y sociales como la participación de la mujer en el conflicto bélico y conceptos clave como la masa o el cuerpo colectivo, el exilio y la memoria.

 

 

A través de sus recuerdos no pretendemos bailar la vida de María Teresa, sino su visión del mundo, marcada por una imparable empatía con las clases desfavorecidas repleta de contradicciones y el sueño frustrado de ver triunfar a una España republicana y comunista.

 

 

Desde el exilio, María Teresa esperaba regresar algún día su país libre de la dictadura franquista. Cuando por fin pudo hacerlo, en 1977, el alzhéimer no le permitió reconocer la tierra que pisaba. España y María Teresa han sufrido el mismo destino: el borrado de memoria, la enfermedad del olvido.

DIRECCIÓN Y DRAMATURGIA

Luz Arcas y Abraham Gragera

INTERPRETACIÓN

Luz Arcas, Elena González-Aurioles, Begoña Quiñones, Raquel Sánchez, Paula Montoya, Ignacio Jiménez, Verónica Garzón, Itxasai Mediavilla, Patricia Roldán, José Andrés López, Sara burgazzi y José Luis Sendarrubias 

COREOGRAFÍA

Luz Arcas

CONCEPTO, DIRECCIÓN Y COMPOSICIÓN MUSICAL

Abraham Gragera

COMPOSICIÓN MUSICAL, PIANO Y PERCUSIONES

Carlos González

VIENTOS Y VOZ

Cristian Buades

VIOLÍN

David Santacecilia

ILUMINACIÓN

Jorge Colomer

FOTOGRAFÍA Y VIDEO

Virginia Rota

DISEÑO GRÁFICO

María Peinado

DISEÑO DE VESTUARIO

Paola de Diego

ESCENOGRAFÍA

Xosé Saqués

TEXTOS

María Teresa León

PRODUCCIÓN

Centro Dramático Nacional y La Phármaco

La Phármaco Luz Arcas Compañía de Danza Contemporánea Una gran emoción política
“Luz Arcas es una bailarina sin más alianza que su cuerpo y lo que con él levanta, inventa, construye, aúlla. La danza es otra forma de política, pero de política íntima, aquella que no se malgasta en una sola fuerza sino que se unta de muchas: poesía, teatro, pensamiento… Porque todo se mueve.
El proyecto de esta mujer sureña no se detiene en los márgenes del oficio de bailar, sino que entra y sale de todos los lugares donde se aloja una conmoción, un extravío. La danza es necesaria. Su danza es necesaria. Porque reclama complicidad y sitio sin pedir exactamente nada. Porque pone luz allá donde a veces la luz salva.”
“Yo, claro está, me emocioné como espectador con la gran emoción política de Luz Arcas, Abraham Gragera y la compañía de danza La Phármaco. Sentí mi puño, mi memoria, mi cuerpo, nuestras derrotas, la lealtad inquebrantable que le debo a mis mayores y todas, todas, todas las cosas que me enseñan los jóvenes, mis amigos jóvenes: las cosas con orgullo de ser ciertas.”
“Con Una gran emoción política, La Phármaco hace de la memoria una experiencia física de enorme altura poética.”
“Esto no es un panfleto político, es un trozo del mundo que dejó de existir en 1936. Hablaba de una vida digna, igualitaria y justa, defendía la democracia contra cualquier forma de autoritarismo y conquistó la soberanía para un pueblo empobrecido. Hasta que un golpe de Estado y una Guerra Civil convirtieron todas aquellas ilusiones en una utopia.”
La Phármaco Luz Arcas Compañía de Danza Contemporánea Una gran emoción política
La Phármaco Luz Arcas Compañía de Danza Contemporánea Una gran emoción política
“María Teresa León, encarnada por Luz Arcas en un portentoso, abrumador y tremendo solo inicial: cuando parecía que la capacidad interpretativa de esta mujer no podía ser más afinada y sensible, sorprende aún más el modo en que convierte en naturales registros que hasta hace poco nos habrían resultado imposibles.”
“Una gran emoción que puso en pie al público del Cervantes.”
“Arcas y Gragera han combinado el movimiento con la voz, la respiración y la música para acabar levantando un hermosísimo monumento plástico en honor y recuerdo de la intelectual del 27. El montaje desborda pasión, emoción, esperanza, ilusión, melancolía y utopía por partes iguales.”
“Pero cuando fallan la memoria de la razón y la del corazón –lo dijo Evgueni Evtuchenko en un hermoso poema- queda la memoria del cuerpo. Y esa, la tercera memoria, es la que le aporta Luz Arcas. En primer lugar, encarnándola en un hermoso solo lleno de energía en el que mil María Teresas –la joven sensual, la revolucionaria del puño en alto, la mujer asustada por las bombas, la que tuvo que exiliarse…- van saliendo en ebullición del cuerpo de la bailarina, tan brillante y llena de matices como la propia escritora.