Antes fue siempre fuego baila la necesidad de construirnos en un mundo y ser imagen y semejanza, de sabernos formas inseguras e intentar mantenerlas bajo control. Es el tiempo de la forja, del fuego, el golpe y la materia, un encuentro en la docilidad, una encarnación de sus sentidos y direcciones.
Dos cuerpos que no bailan sino que son bailados. Se vuelven dóciles, como espejos anatómicos a la espera de la correspondencia física, soportando su fugacidad, sostenidos en lo frágil. Condenados a ser siempre germen, a estar siempre atentos a la posibilidad de acceder al vínculo, como si ese acceso fuese la última esperanza de la belleza.
Antes fue siempre fuego está inspirada en el mito de Prometeo, los escritos de Heráclito y de Paracelso. En escena, la danza se acompaña de temas originales y otros de Henry Purcell, interpretados en directo por una soprano, viola de gamba y tiorba.
La obra se estrena en el Festival Escena Contemporánea (Madrid) en febrero de 2012.