BEKRISTEN

Tríptico de la prosperidad

Cuadro III. La buena obra

No hables nunca de lo que no te importe,
si no, oirás cosas que no te gusten.
Las mil y una noches

 

Todo comienza en 2015 en Malabo, capital de Guinea Ecuatorial, excolonia española devastada por el imperialismo, donde acudí a desarrollar un proyecto de danza. BEKRISTEN, que significa ‘cristianos’ en lengua fang, nace de una fuerte crisis espiritual, personal pero también de nuestro tiempo. El devenir humano entendido desde la perspectiva de la prosperidad tecno-económica, nos deja en medio de un paisaje extraño, intoxicados de consumo y deshechos, tiranizados por la dictadura de la felicidad y de la eterna juventud, donde la idea de prójimo se desvanece en la de usuario. En este mundo global hiperconectado ¿cómo amar hoy? ¿Qué hacer ante el dolor de los demás?

 

Como en los trípticos del Bosco, Brueghel, Van der Wayden o Bacon, intento pintar estadíos, hitos o tránsitos del alma humana: La domesticación, Somos la guerra, La buena obra o, como diría Bataille: erotismo, trabajo y muerte.

 

La domesticación se estrenó en 2019, coproducida por Teatros del Canal de Madrid. Somos la guerra  se estrenó en 2021, coproducida por el Centro de Cultura Contemporánea de Conde Duque. El tríptico completo, con los dos primeros capítulos revisitados y el tercero, La buena obra, inédito, se estrena en el Festival de Otoño de Madrid, en Teatros del Canal, y tiene el apoyo del Teatro Central de Sevilla y del Graner Centre de Creació de Barcelona.
La última vez que visité a mi abuela Luz, de la que heredamos el nombre mi madre y yo, a la residencia de ancianos, pensé: no hay nada que nos dé más miedo que los cuerpos que huelen a muerte. Pensé en la obsolescencia de los cuerpos. En los cuerpos residuo. En la residencia como un punto limpio de objetos tecnológicos, un vertedero de lo que no cabe en el mundo y que esperamos pacientemente que el tiempo lo haga desaparecer. 

DIRECCIÓN ARTÍSTICA (COREOGRAFÍA, DRAMATURGIA, ESPACIO Y VESTUARIO)

Luz Arcas

BAILE

Jesús Bravo, Carmen Gil, Begoña Hernández, Isabel Lag, Luz López, Javier Páez, Ángeles de Paz y Lauracharlie 

ILUMINACIÓN

Jorge Colomer

MIRADA EXTERNA

Victoria Aimé y Rafel SM Paniagua

SONIDO

Pablo Contreras

FOTOGRAFÍA

Virginia Rota

PRODUCCIÓN

Alex Foulkes y Alberto Núñez

PRODUCCIÓN EJECUTIVA

Fernando Jariego

«Un discurso corporal y político absolutamente sobrecogedor que Arcas viene trabajando desde hace más de una década y que estremece con la violencia de la verdad sin tapujos».
«Los bailarines los realizan mecánicamente y todo el tiempo miran al público con rostros vaciados pero al mismo tiempo preguntando, demandando una contestación. Y esos actores no profesionales, que son pura ciudadanía subida a escena, van muriendo unos, perdiendo la razón otros, descomponiéndose ante los ojos del público, desapareciendo»
«Su última proeza es una oda a la rebeldía y denuncia que vuelve a desafiar las nociones de la danza y lleva a los espectadores a un viaje a través de la complejidad humana».
«Con el ‘ayeo’ flamenco de una saeta y los lamentos de otros pueblos ‘sampleados’ de fondo, el cuerpo de Luz Arcas entraba en trance y ejecutaba su danza hipnótica».